Llueve.
Siente como las gotas de lluvia penetran bajo tu ropa y llegan a ti. Se estrellan en tus labios, en tus manos y quedan enganchadas en tus pestañas. Siente cómo te va calando, poco a poco, muy muy despacio...
Llueve.
Estás mojada pero sonries. Le sonries a la lluvia, al cielo, a una nube, al sol que asoma, al arcoiris que surge. Ellos te devuelven la sonrisa y arrojan más gotas de lluvia sobre ti. Sigues caminando. Mojada, lenta, sonriente, paso tras paso.
Llueve.
Miras al cielo y dejas que el agua te inunde; que recorra tu cuerpo, suave y fugaz, que se lleve tus secretos, tus recuerdos, tus sueños. Que se te lleve a ti, que se lleve lo que quiera, pero que deje tu sonrisa.
Llueve.
Y después de tanto tiempo por fin es fuera y no dentro donde llueve.
2 comentarios:
Simplemente, me gustó. Mientras lo leía me daba la impresión de que estaba bajo la lluvia, a pesar de que el día, aunque frío, esta lindo.
También me hizo recordar un cuento de Cortázar, por el "aplastamiento de las gotas".
:) Me alegra mucho saber que te he transmitido tanto con mis palabras ^^
Ese cuento me suena mucho! Seguro que de pequeñita lo leí alguna vez. Quiza mi subconsciente lo haya tenido en cuenta :P
Gracias por tu opinion.
Besitos!
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