19.1.13

Momento a momento.

Quiero que arañes mi espalda al ritmo de esta canción. Enreda tus dedos en mi pelo. Acércate a mi, empiezo a sentir frío. Roza mi pecho con tus dedos, con tu pecho. Deja de temblar, yo cuidaré de ti. Siento que me desprendo de mi cuerpo. Hoy me alegro de no tener mantas. Somos tú y yo. Sin máscaras. Tócame. Tócame… Siénteme. Te siento. Te toco. Qué lío de respiraciones, ya no sé cual es cual. Huele a coco y a sexo. Eres tan suave que no puedo parar de recorrerte. Quiero jugar contigo. Dejo de oír la música. Dejo de oír tus gemidos. Y los míos. Dejo de oír. Tampoco veo. Solo salto. Y vuelo. Y no quiero volver, no vuelvo. Tú estás volando conmigo. Pero vuelve el sonido. La realidad nos envuelve. Tú te separas para ponerte el antifaz. Yo me avergüenzo de ser yo. Fríos besos en los labios y esquivas miradas. Te pilla por sorpresa ese abrazo. Te derrumbas, pero yo no lo veo. Cinco minutos después ya te has ido. Todavía huele a sexo. Y a ti.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y a mí que ese modo de escribir tan femenino me recuerda tanto a Martín Gaite y a Laforet y no las veo entre tus influencias.
Igual es cosa de las mujeres que escriben, que llevan dentro ese modo tan cariñoso de concebir lo físico del amor.

Un saludo.

Gummy Bloom dijo...

Mmmm...no, de hecho a Laforet no la conocía, y de Martín Gaite creo recordar que me mandaron leer en el colegio "El cuarto de atrás" (pero he tenido hasta que buscar el título, así que imagínate de lo que me acuerdo...).
Pero las ojearé :)

Me ha gustado mucho cómo lo has descrito, muchas gracias por pasarte ^^

Un beso.

Así como el amor a la libertad, el odio a aquel que nos la arrebate.